24. El Dos: Yin y Yang, Solve et coagula


La dualidad Yin - Yang equivale de forma bastante exacta a su contraparte occidental, Solve et coagula


La espiritualización de la materia se puede representar como el Yang que asciende. El Yang asciende desde el Yin. Cuando el Yin ya no puede ser más Yin, la semilla de Yang que lleva en sí empieza a crecer, de modo que entra en juego el Yang: empieza el turno del Yang. La noche se transforma en día.


La materialización del espíritu se puede representar como el Yin descendiendo. En el momento de máximo Yang, la semilla del Yin, que el Yang contiene, empieza a crecer. Es el turno del Yin para mostrarse. Hay una contracción, una reunión, una concreción. 


El día se recoge y llega la noche. Estas alternancias se representan en la Figura 22.


Figura 22: Alternancia cíclica de Yin y Yang.


Lo que se disuelve en la Tierra se coagula en el Cielo. Cuando esto ocurre, lo visible a nivel material es una disgregación, un Yang, un solve. Pero en lo invisible, al mismo tiempo, se está dando un coagula. Por eso el esquema no muestra el Yin por un lado y el Yang por otro, sino formando parte de la misma circunferencia, y conteniendo uno el germen del otro. 


Las leyes de conservación de la materia y la energía47 describen cómo se efectúan transformaciones de una materia a otra, o de un tipo de energía a otro  53. A medida que algo se disuelve en la materia, necesariamente se trasvasa a otra realidad: la de la energía. La materia se transforma en energía y la energía se concreta en materia; no hay pérdida, hay transformación (43). 


Al disgregar, disolver, trocear algo, se rompen enlaces para que los principios queden disponibles. Se rompe algo en la Tierra, y esa energía liberada puede actuar según su naturaleza, que tiende al Cielo. Es el equivalente del análisis, del catabolismo, de aumentar el espacio entre las partes para expandirse, de “volatilizar lo fijo”.


Al coagular, concretar, juntar algo, se fabrican enlaces que crean materia. El movimiento de concreción hace que el Cielo se materialice en la Tierra, precipite, encarne, se fusione. Es el equivalente de la síntesis, del anabolismo, de disminuir el espacio entre las partes con el fin de contraerse, de “fijar lo volátil”.


Por supuesto, Yin y Yang incluyen en sus caracteres chinos el eje Tierra - Cielo, en la forma del desnivel de una montaña. También incluyen otros signos que se pueden relacionar fácilmente con Sol y Luna de la alquimia occidental, como principios masculino - activo y femenino - receptivo. 


Tanto el aspecto vertical de la dualidad, entre Tierra y Cielo, entre abajo y arriba, como el aspecto horizontal, entre opuestos complementarios, están presentes en el neidan y en la alquimia interna occidental.


53 La ley de conservación de la materia (formulada independientemente por Mijaíl Lomonósov (1711-1765) y Antoine Lavoisier (1743-1794)) dice que “la materia no se crea ni se destruye, solamente se transforma”. 

La ley de conservación de la energía afirma lo mismo para la energía. La energía potencial, por ejemplo, puede transformarse en energía cinética o calorífica (teniendo en cuenta la fricción o rozamiento), de modo que las formas de energía van variando pero la cantidad total de energía permanece constante. La conservación de la energía se conceptualizó en el siglo XIX, por parte de Rudolf Clausius (1822-1888) y William Thomson, Lord Kelvin (1824-1907). 

La famosa fórmula de  Albert Einstein (1879-1955), E=mc2, relaciona la materia y la energía, de modo que no se trata ya de dos realidades aisladas, sino que existe la posibilidad de transformación entre ambas.




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