14. Alquimia femenina






La alquimia interna taoísta femenina merece un apartado aparte, ya que el neidan de las mujeres es ligeramente diferente del de los hombres, tal como lo explica en detalle Catherine Despeux (27). Esto es debido a cuestiones biológicas, y se concreta, principalmente, en la primera etapa de la alquimia: aquella en la cual se cultiva y sublima el jing.22


Por otro lado, es cierto que el contexto social era diferente para hombres y mujeres en la cultura china 23, lo cual también condicionaba de forma distinta su acceso a la alquimia taoísta. La presencia de mujeres era menor: había menos maestras y menos monasterios para ellas. Por culpa de las restricciones sociales, muchas mujeres no sabían leer, no tenían permitido viajar, y veían limitado su acceso a un maestro (o maestra). 


Mientras que la capacidad creadora de lo femenino era ensalzada y se consideraba beneficiosa para generar y hacer crecer al embrión en la segunda etapa del neidan, también se consideraba que lo Yin era más impuro que lo Yang. Por lo tanto, la mujer y la menstruación debían ser, en cierta medida, purificadas. La naturaleza femenina se basa en la Xue que, en condiciones normales, se pierde y regenera a través del ciclo menstrual. El objetivo del neidan es “decapitar al dragón rojo”: reducir la pérdida de sangre hasta que el ciclo desaparezca.


El proceso empieza en los pechos, conectados con el Útero. Hay múltiples variantes de los masajes de pechos: alternada o simultáneamente, con diferentes intensidades, contando hasta diversos múltiplos del número 6 (considerado Yin), seguidos o no de masajes ventrales. El objetivo es usar la grasa corporal almacenada en los pechos para acceder al jing y transmutarlo en qi, emprendiendo entonces el proceso alquímico a través de la órbita microcósmica. 


La leche materna es una secreción importante, ligada a la menstruación porque se considera una transformación de la Xue; Catherine Despeux (27) citando el Bencao gangmu, escribe: “Cuando el agua penetra en los meridianos, se forma la sangre. Arriba, esa agua da lugar a las secreciones lácteas; abajo, a la sangre menstrual. De hecho, las secreciones lácteas son sangre.” 24


Para las mujeres que ya habían pasado la menopausia, se describen procedimientos que nutren “el aliento de Yin verdadero”, de modo que la menstruación vuelva a darse, para luego poder “decapitar al dragón rojo”. En el caso de las jóvenes que todavía no habían llegado a la menarquia, no hacía falta esperar a la primera regla, porque el “aliento original” era abundante; si avanzaban en el proceso alquímico, no llegarían a tener la menstruación.


La etapa de creación del embrión, y de la respiración embrionaria, parece ser más sencilla para las alquimistas que para sus compañeros varones. La biología de la mujer le permite albergar y contener con facilidad, de manera que esa parte, Yin, les resulta más fácil y pueden concentrarse en difundir el qi y el Yang por todo su organismo. 


En la tercera etapa del neidan, se pone especial énfasis en el reposo y la pureza, hasta que la fuerza espiritual (Yangshen) pueda viajar fuera del cuerpo. No hay ningún impedimento para que la mujer alcance “la ascensión al empíreo”.


Por último, citar los nombres de algunas alquimistas: Huagu, la Dama Flor (finales del siglo VII), Cao Wenyi (siglos XI-XII) y Sun Bu’er, o Sun la no-dual (siglo XII).


 22 Catherine Despeux explica en detalle los procedimientos en su obra Taoísmo y alquimia femenina (27). Esta obra constituye la principal fuente de este apartado.


 23 En la cultura china, y en la occidental, y en otras culturas también. Las diferencias entre cómo han vivido,  y siguen viviendo, los hombres y las mujeres de este planeta, son muchas y muy variadas.

 24 Despeux (27) cita la obra Bencao gangmu, ed. Renmin weisheng chubanshe, Beijing, 1975; p.173.



Permitida la copia y distribución del material sin modificaciones, para usos no comerciales y mencionando su autoría.

Comentarios