9. Breve historia de la alquimia interna taoísta
Así como los primeros taoístas nunca se identificaron a sí mismos por ese nombre, hubo prácticas de la alquimia interna taoísta que se usaron durante siglos antes de pasar a llamarse neidan. Ya se nombraban ciertos ejercicios de meditación y visualizaciones en el Zhuangzi (ver sección 7. Otros textos: Zhuangzi, Liezi del presente trabajo).
El término neidan aparece en escritos que datan del siglo XI: en Yunji qiqian 9 y en Wuzhen pian 10 se nombra a ciertas prácticas de alquimia por ese nombre. En su artículo “Inner Alchemy: Notes on the origin and use of the term neidan”, Farzeen Baldrian-Hussein investiga el origen del término, que es bastante oscuro (21). En este caso, claramente el nombre pudo aparecer mucho después de aquello que designa: bien las prácticas alquímicas, bien su resultado.
Los sabios del taoísmo no parecieron especialmente inclinados a fundar centros de enseñanza. Su propensión a la vida meditativa en las montañas hacía que quienes quisieran acceder a su sabiduría les siguieran allí. Con el tiempo, los discípulos, convertidos a su vez en maestros, fueron difundiendo el conocimiento y se organizaron en escuelas o corrientes.
Las escuelas de pensamiento taoístas se vertebraron alrededor de sus maestros y de su localización geográfica. Sin embargo, las diferencias entre ellas eran, a menudo, insignificantes (23). Además, el sincretismo entre confucianismo, budismo y taoísmo es una de las características más sobresalientes de este último (24). En lugar de diferenciarse y oponerse a otras filosofías, el taoísmo las absorbió, mezclando sus conocimientos, lo cual complica las tareas de clasificación.
Con el discurrir de los siglos, la teoría de los Cinco Elementos 11 se trasladó, por analogía, a la existencia de cinco corrientes principales, que corresponderían geográficamente al Norte, Sur, Centro, Oeste y Este.
La escuela Quanzhen o corriente del Norte seguía a Wang Chongyang (1112-1170), que se estableció en la provincia de Shandong, donde le siguieron sus siete discípulos: los Siete Sabios de la Corriente del Norte. Cada uno de ellos creó su propia escuela, entre las que destacó el templo Baiyun guan (“de la Nube Blanca”, que aún hoy continúa en Beijing, bajo el nombre de Tianshi Dao, “la Vía de los Maestros Celestiales”). La escuela del Norte incorporó elementos del budismo tántrico, sin enfatizar las prácticas “a dos” 12.
La escuela del Sur seguía a Zhang Boduan (984-1082), que también practicó el budismo zen. Su obra más conocida, Wuzhen pian (que podría traducirse como “despertando a la realidad”) (25), fue célebremente comentada por Liu Yiming en el siglo XVIII. La escuela del Sur incorporó prácticas en pareja.
La corriente del Centro la crearon los discípulos de Yin Qinghe (1169-1251). En su obra, Xingming guizhi (18), se entremezclan asimismo el budismo, el tantrismo y el taoísmo.
La corriente del Oeste fue creada por Li Hanxu, y también se inclinó por las prácticas tántricas del cultivo a dos, es decir, en pareja, de igual manera que la escuela del Sur.
La corriente del Este fue fundada por Lu Qianxu, autor de Fanghu waishi, y con el tiempo dio lugar a la escuela Wu Liu, cuyo nombre proviene de sus dos maestros más notables: Wu Chongxu (c.1574-1632) y Liu Huayang (c.1735-?). Zhao Bichen, autor de Weisheng shenglixue mingzhi (23), forma parte de esta escuela 13.
El neidan no se ha quedado en China, sino que se ha ido expandiendo por el mundo. Durante el siglo XX, hubo autores occidentales que se interesaron por el taoísmo. Por ejemplo, es bien conocida la fascinación de personajes como Carl Jung o Jorge Luis Borges por el Yijing. Viajeros como William A.P. Martin 14 percibieron con asombro las similitudes entre la alquimia occidental y el neidan, si bien no disponían de suficiente conocimiento ni experiencia práctica como para cotejarlos de forma sistemática. Con el progresivo intercambio cultural, han aparecido estudiosos 15 que, a caballo entre ambas lenguas y culturas, intentan conectarlas y tender puentes desde el respeto. De esta unión en la diferencia surgen traducciones anotadas para un público occidental: un nuevo eslabón en la antigua tradición de comentarios y reinterpretaciones de los clásicos taoístas.
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